Cómo gestionar residuos y cumplir con la normativa en tu empresa

Gestión de residuos
Gestionar residuos de forma efectiva en una empresa no es solo cumplir con la ley: es una forma inteligente de cuidar el entorno y aprovechar mejor los recursos disponibles.

Con una buena planificación y un compromiso constante, las organizaciones pueden reducir riesgos, garantizar el cumplimiento normativo y aumentar el volumen de residuos que se valorizan. Todo esto se traduce en un impacto ambiental menor y en una mayor eficiencia en el uso de materiales.

¿Por qué es importante una correcta gestión de los residuos?

Acumular residuos sin control, en especial si son peligrosos, puede suponer un riesgo serio para las personas y para el medio ambiente. Por eso, su gestión no es solo una obligación legal, sino una prioridad para cualquier empresa comprometida.

En función del tipo de residuo, los plazos de almacenamiento están definidos de forma clara:

  • Residuos no peligrosos: materiales como papel, cartón o plásticos comunes pueden almacenarse entre 1 y 2 años. Este tiempo permite organizarlos correctamente para su reciclaje o eliminación.
  • Residuos peligrosos: debido a su composición y a los efectos que pueden generar, solo pueden almacenarse un máximo de 6 meses. Superar ese plazo incrementa el riesgo de contaminación y daños ambientales.

Cumplir con estos tiempos no solo reduce riesgos, sino que también evita sanciones y garantiza una gestión responsable de los residuos.

Zonas de almacenaje

Una gestión eficaz de los residuos empieza por algo tan básico como fundamental: almacenarlos de forma correcta. Para ello, es clave contar con zonas habilitadas que cumplan con los requisitos legales y de seguridad establecidos.

Estas áreas deben estar diseñadas para minimizar riesgos, facilitar el control y asegurar que todo se gestiona conforme a la normativa. Esto cobra especial importancia cuando se trata de residuos peligrosos, ya que requieren condiciones específicas para evitar fugas, contaminación o accidentes.

Disponer de un espacio adecuado no solo simplifica la posterior recogida y tratamiento, sino que demuestra el compromiso de la empresa con la sostenibilidad y el cumplimiento legal.

Ubicación

El lugar donde se almacenan los residuos marca la diferencia en su gestión posterior. Debe ser un espacio seguro, preparado para evitar riesgos y proteger el entorno.

  • Zonas interiores: Siempre que sea posible, lo ideal es almacenar los residuos dentro de naves industriales. Esto evita su exposición directa a la lluvia, el viento o el sol.
  • Zonas exteriores con cubierta: Si no se dispone de un espacio interior adecuado, es imprescindible que el almacenamiento se realice bajo cubiertas protectoras. Así se evitan filtraciones, dispersión de materiales y deterioro por agentes climáticos.

Entorno

El área destinada al almacenamiento de residuos debe estar pensada para proteger su entorno más inmediato. Una planificación adecuada ayuda a prevenir incidentes y garantiza el cumplimiento normativo.

  • Lejos del sistema de saneamiento: Es fundamental que estas zonas se encuentren alejadas de redes de alcantarillado o drenaje, reduciendo así el riesgo de filtraciones o vertidos accidentales.
  • Protección frente a los elementos: También es importante evitar que el agua o el viento arrastren los residuos, especialmente durante periodos de lluvias intensas. Una correcta contención y cobertura ayuda a mantener el entorno limpio y seguro.

Superficie

El suelo de las zonas de almacenamiento debe ser siempre impermeable. Esta característica es esencial para evitar que posibles líquidos se filtren al subsuelo, protegiendo el entorno de contaminaciones indeseadas.

En el caso de residuos líquidos, se debe añadir una medida extra: cubetos de retención. Estos dispositivos permiten contener cualquier derrame accidental, actuando como barrera de seguridad adicional que refuerza una gestión responsable y conforme a la normativa..

Separación de los residuos

Separar los residuos de forma correcta desde el primer momento no solo mejora su tratamiento posterior, sino que también evita riesgos innecesarios. Una buena segregación permite identificar cada tipo de residuo con rapidez, facilitando su valorización y posterior reintegración en la cadena de valor.

Es clave mantener separados los residuos peligrosos de los no peligrosos, y clasificarlos según su composición. Esta práctica previene la contaminación cruzada y contribuye a una economía más circular, donde cada material tiene la oportunidad de ser aprovechado al máximo.

Además, el Real Decreto 1055/2022 sobre envases y residuos de envases refuerza la responsabilidad ampliada del productor, obligándole a organizar una recogida selectiva eficaz y a garantizar un manejo responsable de los residuos generados. Esta normativa no solo persigue la trazabilidad, sino que también permite a las administraciones evaluar el cumplimiento de los objetivos de reutilización y reciclaje establecidos.

Información sobre los trámites de gestión

Cumplir con los trámites administrativos no es un simple requisito burocrático: es una garantía de que la gestión de residuos se lleva a cabo de forma legal, trazable y sostenible.

Inscripción en el registro de productores de residuos

Antes de empezar cualquier actividad relacionada con la gestión de residuos, es necesario inscribirse como productor en el registro correspondiente. Este trámite es obligatorio y varía según la comunidad autónoma, por lo que es importante consultar los requisitos específicos de cada región.

NIMA

El NIMA (Número de Identificación Medioambiental) es un código único de 9 dígitos que identifica cada centro productor de residuos en el territorio nacional. Este número es imprescindible para realizar trámites clave en la gestión de residuos.

Sin un NIMA válido, no es posible emitir documentos como el DCS (Documento de Control y Seguimiento), formalizar un contrato de tratamiento o realizar una notificación de traslado.

Informes

Las empresas clasificadas como productores de residuos tienen la obligación de presentar informes anuales que detallen cómo se han gestionado los residuos generados a lo largo del año.

Estos informes no solo son un requisito legal: también fomentan la transparencia, ayudan a mejorar la trazabilidad y refuerzan el compromiso con una gestión sostenible. A través de esta documentación, se verifica que los tratamientos realizados cumplen con la normativa y se facilita el control por parte de las administraciones competentes.

Documentación de la empresa

Además de contar con la documentación específica para cada tipo de residuo, las empresas deben cumplir con una serie de requisitos administrativos si desean operar de forma legal como productores.

Estos trámites aseguran que la actividad se desarrolla bajo el marco establecido, reforzando la trazabilidad de los residuos desde su origen hasta su tratamiento final. Incluir registros, autorizaciones y declaraciones es parte de una gestión transparente y comprometida con el medio ambiente.

Toda empresa que genera residuos está obligada a inscribirse como productor, y esta inscripción determina su clasificación según la cantidad generada anualmente:

  • Pequeño productor: genera menos de 10.000 kg de residuos al año. Suelen tener obligaciones más sencillas y trámites administrativos más ágiles.
  • Gran productor: supera los 10.000 kg anuales, lo que implica requisitos adicionales, como la presentación de informes o un mayor control documental.

Documentación por tipos de residuos

La trazabilidad es uno de los pilares fundamentales de la gestión moderna de residuos. Consiste en hacer un seguimiento completo desde el momento en que se genera un residuo hasta su tratamiento final, asegurando así el cumplimiento de las obligaciones legales y un mayor control sobre todo el proceso.

Gracias a este seguimiento, es posible obtener información útil sobre la naturaleza, cantidad y destino de cada residuo, lo que facilita su optimización y permite mejorar continuamente los procesos de gestión.

Para garantizar esta trazabilidad, es imprescindible un control documental riguroso. Cada residuo debe estar respaldado por la documentación correspondiente que acredite su origen, traslado y tratamiento.

Control y seguimiento

Toda gestión de residuos debe estar respaldada por documentación que refleje con detalle su transporte y tratamiento. Estos documentos son clave para asegurar la trazabilidad y el cumplimiento normativo, y deben incluir la siguiente información:

    • Datos del productor del residuo
    • Datos del operador encargado de su gestión
    • Destino final del traslado
    • Identificación del residuo: tipología, código LER y tipo de operación de tratamiento
  • Datos del transportista
  • Resultado del traslado: aceptación o rechazo del residuo

Toda la documentación debe conservarse durante un mínimo de 5 años, tanto para posibles inspecciones administrativas como para auditorías internas.

Tratamiento

Los contratos de tratamiento son fundamentales para asegurar que los residuos serán gestionados por una empresa autorizada y competente. Estos acuerdos establecen las condiciones bajo las cuales se realizará la recogida y el tratamiento de los residuos, aportando trazabilidad y respaldo legal al proceso.

Para que un contrato de tratamiento sea válido y efectivo, debe recoger una serie de datos fundamentales que garanticen una gestión responsable y ajustada a la normativa. como los datos del producto y la planta de gestión autorizada. También debe incluir un listado detallado de los residuos, el tipo de tratamiento, periodicidad de los traslados y cantidades estimadas de residuos generados mientras dure el contrato.

Libro de registro

Aunque no existe un modelo oficial único, todas las empresas que gestionan residuos deben disponer de un libro de registro que documente cada recogida realizada por gestores autorizados. Este registro es obligatorio y fundamental para asegurar una trazabilidad completa.

El libro debe incluir, como mínimo, las fechas de recogida, cantidad y tipo de residuo gestionado, tratamiento aplicado y DCS correspondiente.

Traslados

La notificación de traslado es un documento obligatorio cuando se van a transportar residuos peligrosos o aquellos cuyo tratamiento esté destinado a la eliminación o a una instalación de un gestor autorizado.

Este trámite debe presentarse antes de iniciar el traslado y sirve para informar a la administración competente del movimiento de residuos. Su finalidad es asegurar que todo el proceso se lleva a cabo conforme a la normativa, con control, transparencia y trazabilidad desde el origen hasta el destino final.

Etiquetado de residuos

Cada residuo debe estar correctamente etiquetado desde el momento en que se genera. Este paso es esencial para garantizar su identificación y tratamiento posterior.

En la mayoría de los casos, el gestor autorizado facilita las etiquetas, que deben incluir los siguientes elementos básicos:

  • Código LER (Lista Europea de Residuos) y código HP (peligrosidad, si aplica)
  • Descripción del residuo
  • Fecha de envasado o generación
  • Datos del centro productor
  • Pictogramas correspondientes, en función de la peligrosidad o características del residuo

Reciman, especialistas en gestión de residuos

La gestión de residuos no es solo una obligación legal, sino una oportunidad para demostrar el compromiso ambiental de tu empresa. Cada vez más consumidores valoran a las organizaciones que cuidan del entorno y aplican principios como la jerarquía de residuos, priorizando la reducción, reutilización y valorización antes que la eliminación.

En Reciman acompañamos a las empresas en todo el proceso de gestión, desde el almacenamiento adecuado hasta el tratamiento final, con el objetivo de alcanzar una gestión eficiente y orientada al residuo cero (zero waste).

Nuestra labor se dirige a transformar la gestión de residuos en una estrategia sostenible, eficiente y alineada con las nuevas exigencias sociales y normativas.

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